La durabilidad de las losas de cuarcita es uno de los atributos clave que convierten a esta piedra en una opción preferida para aplicaciones exigentes, y las losas de cuarcita de GHY STONE están diseñadas para maximizar esta durabilidad, garantizando un rendimiento duradero tanto en entornos residenciales como comerciales. En el centro de la durabilidad de las losas de cuarcita está la composición natural de la cuarcita: una roca metamórfica formada a partir de arenisca sometida a altas temperaturas y presión, lo que resulta en un material denso y duro con una dureza en la escala de Mohs de 7, significativamente superior a la del mármol o el granito, lo que significa que resiste arañazos causados por objetos cotidianos como cuchillos, llaves o utensilios de cocina. Nuestro proceso de fabricación mejora aún más la durabilidad de las losas de cuarcita: cada losa recibe un tratamiento de sellado completo que crea una barrera protectora contra manchas provocadas por derrames de café, vino, aceite o jugo, impidiendo que los líquidos penetren en la superficie de la piedra. Además, la durabilidad de las losas de cuarcita incluye resistencia al calor; a diferencia de muchas piedras artificiales, nuestras losas de cuarcita pueden soportar el contacto con ollas y sartenes calientes o incluso la exposición directa al sol sin agrietarse, desvanecerse ni cambiar de color, lo que las hace ideales para encimeras de cocina y aplicaciones exteriores como pavimentos de terrazas o zonas alrededor de piscinas. Para mantener la durabilidad de las losas de cuarcita, se requiere un mantenimiento mínimo: limpieza regular con agua y jabón suave, y un re-sellado periódico cada varios años, asegurando que las losas conserven su resistencia y apariencia durante décadas. El compromiso de GHY STONE con la durabilidad de las losas de cuarcita está respaldado por pruebas rigurosas, en las que nuestras losas son sometidas a desgaste simulado para garantizar que cumplan o superen los estándares del sector.
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